Hace poco se llevó a cabo un estudio estadístico sobre la reacción de los usuarios ante el software libre, y aunque los resultados no son una sorpresa, nos permiten comprender
un poco más cuál es el estado de este tipo de programas y sistemas
operativos entre los usuarios “entendidos” y “normales”.
El estudio se realizó por medio de Internet con una muestra de 2200 personas de España y América Latina.
Habiéndose encuestado a mayores de 15 años, con un 82% de hombres y un
18% de mujeres, la muestra dice tener valor estadístico, aunque la
distribución de géneros, si bien debe ser bastante certera entre los
usuarios de software libre, no se corresponde demasiado con el usuario
“promedio”. Pero eso es tema para los estadísticos. En nuestro caso, vayamos a los resultados, que es lo que nos interesa:
- El 81% de los encuestados conoce, en mayor o menor medida, que existe el “Software Libre”.
- Pero sólo un 34% entiende el concepto realmente.
- De quienes sí utilizan este tipo de programas, solo un 55% lo hace por la libertad.
- De este mismo grupo que lo utiliza, un 28% lo utiliza solo por ser gratuito, considerándolo de menor calidad que las versiones pagas.
- De quienes no usan Software Libre, el 20% lo rechaza por pensar que tienen código malicioso.
- Del grupo que usó Software Libre y luego lo abandonó, el 16% lo hizo por no recibir soporte adecuado.
- Y un 75% de los usuarios totales, a la hora de elegir, optarían por programas “privativos” si tienen más funcionalidades.
¿Qué significa todo esto?
En principio, ya que un 81% de los encuestados conozca el software libre es una muy buena noticia, aunque sea solamente de oído. No es extraño que solo el 34% entienda realmente lo que es “libre” (recordemos,
libre como libertad, no libre como “gratis”); pensemos que para la gran
mayoría de los usuarios, los programas son algo que usan si les viene
bien, sin importar qué pueden hacer (o no) con ellos más allá del uso
puntual de cada uno. Dentro de todo, 34% es poco, pero es mucho si tenemos en cuenta que “libre” es un concepto que mucha gente no se plantea.
Lo que sí es interesante, es que apenas un poco más de la mitad de quienes sí utilizan este tipo de programas lo haga por la libertad.
Teniendo en cuenta que es la bandera con la que los más fanáticos salen
a defenderlo, son apenas la mayoría, habiendo un gran grupo al que esta
cualidad no le interesa demasiado. El factor económico no es tan importante.
Es desafortunada la asociación que realiza un 20% de los encuestados entre software libre y código malicioso,
herencia seguramente de la cantidad de programas de malware y adware
que, por ser “gratuitos”, seguramente confunde a los usuarios que no
tienen en claro la –enorme– diferencia. Sí me parece bueno que solo un 16% haya abandonado el software libre por falta de soporte. El número es bastante bajo, señal del gran trabajo que realiza la comunidad para ayudarse entre sí.
Y por último, el veredicto final: lo que más importa al 75% de las personas es la funcionalidad del programa,
estando dispuestos a pagar por él (y perder ciertas libertades) con tal
de que sirva para lo que tiene que servir. En todo caso, es cuestión de
poder ofrecer (y encontrar) alternativas libres tan buenas como las
privativas. O mejores.
Pueden descargar el informe en PDF, realizado por la web Portal Programas.
No se extrañen si ven algunas aparentes discrepancias con los números;
los porcentajes van cambiando de grupo: “Todos los encuestados”,
“Quienes saben lo que es el SL”, “Quienes usan SL”, etc.
Hasta aquí, mi interpretación de estos números, como usuaria híbrida
entre libres y privativos. ¿Qué les parece a ustedes? ¿Cómo lo ven los
usuarios “completos” de software libre? ¿Y quienes utilizan solamente
programas “privativos”?
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